martes, 26 de marzo de 2024

Escándalo

Reproches

"Una vez, los discípulos de Juan el Bautista y los discípulos de los fariseos estaban ayunando. Algunas personas fueron a donde estaba Jesús y le preguntaron: —¿Por qué tus discípulos no ayunan? Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos sí lo hacen", Mc 2:18

Nos encontramos con un relato donde es cuestionada la autoridad de Jesús y el comportamiento de sus seguidores es lo que causa el escándalo. A mucha gente le cuesta entender que la presencia de Jesús representa un tiempo de alegría para su pueblo. Lo contrario representa la piedad mal entendida que suele generar un espacio sofocante con las respectivas prescripciones legales. Jesús se mueve en el terreno de la vida, del gozo y el amor. En vez de salir al encuentro con Dios con nuestros propios méritos, se nos llama a un espacio de Gracia para recibir el amor del Señor, celebrarlo y compartirlo con otros. "Dios es amor". 1 Jn, 1:8

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 25 de marzo de 2024

Dios no es un premio para los justos

El premio

"Jesús los oyó y les contestó: —Los que necesitan al médico son los enfermos, no los sanos. Y yo vine a invitar a los pecadores para que regresen a Dios, no a los que se creen buenos", Mc 2:17

Los que se consideran muy justos suelen observar desde fuera y no suelen mezclarse con la atmósfera de algunas mesas. Suelen ver las cosas a la distancia, permanecen en sus puestos, encerrados en su mundo, estructura o sistema. Son prisioneros de sus perspectivas y se encuentran bloqueados en sus propios puntos de vista. Para estar en el seguimiento de Jesús y entender, hay que salir fuera, esto es, entrar en el mundo de los demás. Es cambiar la perspectiva y ver las cosas con los ojos de Jesús. Podemos formar parte cuando estamos dispuestos a comprometernos, cuando no hay temor al contagio y estamos decididos a no vivir separados de la realidad. Jesús nos encuentra ahí donde estamos, no se excluye, no toma distancia y comparte la condición humana. Para sentarse a la mesa con Cristo hay que dejar el propio puesto, el propio papel, abandonar el propio punto privilegiado de observación. Únicamente mezclados con los demás invitados, comenzaremos a entender algo. Para cualquier persona, incluso los justos es posible la conversión. "Uno que sabe" puede ser siempre admitido a ser "uno que aprende". Dejemos la "secta de los separados", para ponernos a la mesa con los demás. Dios no es un premio para los justos. El pecador que está perdido parece ser un premio para Dios.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Oramos por Daniel, Marta e Iker y el País Vasco



domingo, 24 de marzo de 2024

Con toda la gente

Sectarios

"Cuando algunos maestros de la Ley, que eran fariseos, vieron a Jesús comiendo con toda esa gente, les preguntaron a los discípulos: —¿Por qué su maestro come con cobradores de impuestos y con gente de mala fama?", Mc 2:16

Jesús se dirige a los que tienen necesidad de él. No excluye a los justos. Ellos se excluyen a sí mismos en la medida en que, creyendo ser justos, están convencidos de no tener necesidad de médico y rechazan la solidaridad con los pecadores. Podemos decir que, donde llega Dios, no hay lugar para ninguna discriminación entre las personas. Existe un título que hace a todos iguales en su mesa: la necesidad de él. La llamada de Jesús es una llamada a la conversión. Somos llamados por Jesús como pecadores que necesitan arrepentirse y comenzar una nueva manera de ser en esta vida. Jesús no ha venido a traernos un certificado de salud y honorabilidad, sino la curación, la salvación hoy. En esta historia puedo descubrir quién soy haciéndome una pregunta: ¿Tengo necesidad de Jesús o puedo desentenderme de él?

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 23 de marzo de 2024

Regresar a Dios

Personas de mala fama

"Jesús le dijo: «Sígueme.» Mateo se levantó enseguida y lo siguió. Más tarde, Jesús y sus discípulos estaban cenando en la casa de Mateo. Muchos de los que cobraban impuestos, y otras personas de mala fama que ahora seguían a Jesús, también fueron invitados a la cena. Cuando algunos maestros de la Ley, que eran fariseos, vieron a Jesús comiendo con toda esa gente, les preguntaron a los discípulos: —¿Por qué su maestro come con cobradores de impuestos y con gente de mala fama? Jesús los oyó y les contestó: —Los que necesitan al médico son los enfermos, no los sanos. Y yo vine a invitar a los pecadores para que regresen a Dios, no a los que se creen buenos", Mc 2:13-17

Jesús siempre nos sorprende. Jesús pasa, ve, elige y llama. Este llamado implica dejar algo atrás. Es dejar de vivir bajo nuestras propias condiciones para aceptar ser discípulo de Jesús. ¿Quién es Jesús y para quién ha venido? Su identidad solo se descubre identificando a los destinatarios de su misión. Se entiende quién es Jesús cuando no lo aislamos de los demás y lo podemos descubrir por sus opciones. Jesús se sienta a la mesa con gente poco recomendable y se enfrenta con aquellos que les gusta murmurar. Es maravilloso ver el seguimiento que se traduce en dejar una vieja manera de ser aceptando las nuevas condiciones del Maestro. Jesús exige determinadas renuncias, pero no corta las raíces de las personas. Jesús busca personas para las opciones más difíciles, pero no las separa de la gente. La casa de Jesús se encuentra en todas partes, con tal que estén aquellos por los cuales él ha venido. Lo importante no es el propietario de la casa, sino quiénes son los invitados. Los enfermos en este caso son los que están dentro y es claro que el médico esté rodeado de sus pacientes. Seguir a Jesús implica estar con los pecadores y no con los que se creen buenos, "No he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores y necesitan arrepentirse», Lc 5:32 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 22 de marzo de 2024

Horizonte

Ver más allá

«¿Cómo se atreve éste a hablar así? ¡Lo que dice es una ofensa contra Dios! Sólo Dios puede perdonar pecados.», Mc 2:7

Este es un relato que tiene dos encuentros. Uno es con el paralítico y el otro con los religiosos. Jesús ve la fe de los que llevan al paralítico, observa a los maestros de la ley y ve el mal más profundo que tiene el ser humano. Jesús antes de actuar se dedica a leer lo que está escondido en unos y otros. Los religiosos son impecables en su razonamiento. Sólo Dios puede perdonar pecados y solo Dios quita el pecado del ser humano que lo separa de una correcta relación con él y el prójimo, pero las conclusiones a las que llegan son apresuradas: ¡Lo que dice es una ofensa contra Dios! Marcos describe la hostilidad de estos religiosos que pretenden el monopolio de la verdad y no toleran un espíritu autonomista que esté opuesto a su centralismo religioso. Sus principios tienen una sola dirección: “La verdad está de nuestra parte” y se han vaciado contra lo nuevo. No logran imaginar lo diferente, se niega la entrada de lo inesperado y no pueden permitir que le hagan un agujero en el techo. La inquietud queda lejos, y exorcizada. Todo está ordenado, cada cosa en su lugar y no hay sitio para más. Nosotros también corremos el riesgo de cortar las alas a la esperanza, abolir el riesgo, enjaular al Espíritu, de salir fuera, al descubierto. Quizás nuestro pecado son las virtudes, verdaderas o presuntas, que nos impiden descubrir nuestro mal oculto. Jesucristo se presenta una vez más a nuestras vidas y pretende una abertura en nuestro ser y llegar a lo profundo de nosotros mismos. Jesús quiere ver nuestra fe y nuestra búsqueda. “Cuando Jesús vio la gran confianza que aquellos hombres tenían en él, le dijo al paralítico: «Amigo, te perdono tus pecados… Pues voy a demostrarles que yo, el Hijo del hombre, tengo autoridad aquí en la tierra para perdonar pecados» Entonces le dijo al que no podía caminar:«Levántate,...y vete a tu casa». En ese mismo instante, ... aquel hombre se levantó, ...y salió de allí", Mc 2:5:12. Dios no se ha limitado a dejarse sentir. Se ha dejado ver. Se ha hecho rostro. Su nombre es Jesús.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 21 de marzo de 2024

El milagro

«¡Jamás hemos visto algo así!»

“Y el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y salió caminando entre los espectadores, que habían quedado atónitos. Todos estaban asombrados y alababan a Dios, exclamando: «¡Jamás hemos visto algo así!», Mc 2:12

No todos pudieron observar el milagro y creer. Para ver y encontrarnos con Jesús se necesitan los ojos de la fe. Los religiosos se autoexcluyeron y no lograron imaginar lo diferente, a no ser una copia suficientemente parecida a sus modelos. Hay personas que les cuesta salir fuera, al descubierto. Es realmente extraño que el que anuncia los caminos de Dios tropieza con el odio y la persecución de los que enseñan los caminos de Dios. La fisura algunas veces se presenta no con aquellos que no creen, sino con el ambiente religioso. No es cuestión de hacer una abertura en el techo, sino hacer un lugar en el corazón. Todo depende de una decisión libre, de una toma personal de conciencia. Jesús desea ver nuestra fe y que no llamemos equivocadamente a otras puertas. “A eso se refieren las Escrituras cuando dicen: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado lo que Dios tiene preparado para quienes lo aman», 1 Co 2:9

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 20 de marzo de 2024

Vaya

Terminar como Discípulo

“Jesús les dijo: «Síganme. En lugar de pescar peces, les voy a enseñar a ganar seguidores para mí.». Mc 1:16-17 “Luego, mientras caminaban, Jesús vio a Mateo hijo de Alfeo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo: «Sígueme.» Mateo se levantó enseguida y lo siguió”, Mc 2:13-14.

Un discípulo de Jesús es una señal que estimula la más profunda necesidad de buscar a Dios

Un discípulo de Jesús es una persona que está abierta a dejarse hacer, es acontecimiento y se entrega confiadamente a Jesús

Un discípulo es alguien que está dispuesto a seguir una relación profunda con Jesús y un nuevo proyecto de vida aceptando sus preferencias, pensamientos y actitudes

Un discípulo de Jesús es una persona que se coloca bajo la autoridad de su palabra que es liberación, poder y crecimiento y sigue la guía del Espíritu Santo

Un discípulo de Jesucristo es alguien que sigue la doctrina de la gracia y entiende que la ética es la gratitud

Un discípulo de Jesucristo es una persona basada en la gracia, misericordia y libertad

Un discípulo de Jesucristo es alguien transformado por el Espíritu Santo pues el reino de Dios no consiste en las muchas palabras sino en vivir por el poder de Dios

Un discípulo de Jesucristo es aquel que vive en Fe, Esperanza y Amor

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 18 de marzo de 2024

Algo nuevo

¿Qué es lo que dice?

“Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «Hijo mío, tus pecados son perdonados». Algunos de los maestros de la ley religiosa que estaban allí sentados pensaron: «¿Qué es lo que dice? ¡Es una blasfemia! ¡Solo Dios puede perdonar pecados!», Mc 2:5-7

Los maestros de la ley ocupan un lugar importante en el evangelio de Marcos y suelen ser los enemigos de Jesús. Su visión es el control, la reglamentación del espíritu religioso y el monopolio de la verdad. Jesús lee sus pensamientos y los desafía “¿Qué es más fácil decirle al paralítico: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie, toma tu camilla y camina”? El perdón no puede ser verificado, constatado y como no se puede probar, podría ser fácil decir «Hijo mío, tus pecados son perdonados». Jesús no tiene miedo al fracaso y ofrece la prueba indiscutible, comprobable, la de los hechos, curando al paralítico. “Así que les demostraré que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados». Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!». La curación se convierte así en un signo, la prueba que los pecados han sido perdonados. Puede haber algunos maestros de la ley que no se dejan “destapar el techo”. La inquietud queda lejos y exorcizada. Sus casas pueden estar llenas, pero no hay lugar para lo imprevisto. La esperanza esta planificada, se han cortado las alas a lo inesperado, esta abolido el riesgo y se ha enjaulado al Espíritu. Algunos se han hecho vacunar contra lo nuevo donde la verdad solo suele estar de su parte. Dios quiere hacer algo nuevo en nuestro tiempo y “perdonar nuestras virtudes” “En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes”, Ef 4:23 »Si un vestido viejo se rompe, no se le pone un parche de tela nueva. Porque al lavarse el vestido viejo, la tela nueva se encoge y rompe todo el vestido; y entonces el daño es mayor.”, Mt 9:16

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 17 de marzo de 2024

Crezca

Permanecer como Discípulo

“Al día siguiente, Jesús decidió ir a Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: «Ven, sígueme», Jn 1:43

Un discípulo de Jesús es una persona en “comunión” y la fe se convierte en una buena noticia para los demás

Un discípulo de Jesús es una persona que vive lo sobrenatural con los ojos de la fe y encuentra un cielo abierto lleno de posibilidades

Un discípulo es alguien que responde a una llamada de gracia y no de mérito, se pone en movimiento porque es propuesta de relación y afecto con Jesús

Un discípulo es una persona que entiende que “alguien se ha decidido por él” porque Jesús lo ha elegido, no es conquista personal, es ser conquistado

Un discípulo es alguien que acepta la aventura y el riesgo respondiendo en forma incondicional y generosa al acercamiento de Jesús

Un discípulo de Jesús es una persona que pasa de la experiencia a la inexperiencia para imitar las actitudes de servicio de Jesús

Un discípulo de Jesús es alguien que no opone resistencia para lanzarse a la inexperiencia por seguir a Jesús

Un discípulo de Jesús es un signo para encender un deseo donde la fe se hace invitación

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 16 de marzo de 2024

Caminar

Ver

“Cuando Jesús vio la gran confianza que aquellos hombres tenían en él, le dijo al paralítico: «Amigo, te perdono tus pecados.», Mc 2:5

Este episodio relata una curación realizada por Jesús en forma completa y que no afecta solamente el cuerpo. Jesús le dijo al paralítico: «Amigo, te perdono tus pecados.» Jesús ve la fe de los que llevan al paralítico, ve el mal más profundo del ser humano y ve también los pensamientos de los religiosos. Se diría que, antes de actuar, Jesucristo se dedica a leer lo que está escondido y que no aparece exteriormente. Jesús primeramente ve la fe y es su condición para su intervención. “Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «Hijo mío, tus pecados son perdonados». La enfermedad y el pecado forman parte de la aflicción del ser humano. La separación del ser humano de Dios constituye su fatalidad. Las cuatro personas que superaron todos los obstáculos para llevar al paralitico a Jesús mostraron la fe necesaria para que suceda un milagro. Jesús vio. El contacto con Jesús nos devuelve la posibilidad de caminar. Solo él puede perdonar pecados y darnos la salud que necesitamos. “Dios mío, tu perdón nos llega a todos como una bendición; tu perdón borra nuestros pecados y rebeldías”, Sal 32:1. “Que todo lo que soy alabe al Señor; con todo el corazón alabaré su santo nombre. Que todo lo que soy alabe al Señor; que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí. Él perdona todos mis pecados y sana todas mis enfermedades”, Sal 103:1-3

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

viernes, 15 de marzo de 2024

Venga

Seguir como Discípulo

"Jesús se volvió y al ver que lo seguían, les preguntó: —¿Qué buscan?” …  "-Vengan y vean—les dijo”, y “se quedaron con El”, …, Jn 1:38-39

Un discípulo es alguien que acepta las condiciones de Jesús, profundiza su compromiso, crece en la calidad de la relación con él y su prójimo

Un discípulo es alguien que permanece en las enseñanzas de Jesús, se une a su misión y experimenta poder

Un discípulo es alguien que camina por donde va Jesús, sigue su recorrido, confía y alcanza territorios inexplorados

Un discípulo es una persona que vive la sorpresa en las manos de Dios, un itinerario imprevisible, una aventura, cosas inesperadas, novedades y riesgos que construyen a un creyente en Jesús

Un discípulo de Jesucristo es una persona que se dirige hacia nuevos horizontes y maravillas, cosas por ver y pasos por dar.

Un discípulo de Jesús es una persona que trabaja a favor de la justicia, la misericordia y la paz

Un discípulo de Jesús es libre, busca espacios más abiertos y no soporta una tienda angosta

Un discípulo de Jesús es una persona que sigue para poder ver, cree y sigue creyendo

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 13 de marzo de 2024

Be Alright (LIVE) - Evan Craft, Redimi2, Danny Gokey

Superación

Obstáculos

“Cuando Jesús regresó a Capernaúm varios días después, enseguida corrió la voz de que había vuelto a casa. Pronto la casa donde se hospedaba estaba tan llena de visitas que no había lugar ni siquiera frente a la puerta. Mientras él les predicaba la palabra de Dios, llegaron cuatro hombres cargando a un paralítico en una camilla. Como no podían llevarlo hasta Jesús debido a la multitud, abrieron un agujero en el techo, encima de donde estaba Jesús. Luego bajaron al hombre en la camilla, justo delante de Jesús”, Mc 2:1-4 

Superar obstáculos no siempre puede ser sencillo, otras veces es complicado y se necesita de mucha creatividad. Los impedimentos podrían desanimarnos o bien desafiarnos. Las cuatro personas que menciona el evangelio de Marcos usaron su imaginación e inventiva para llevar al paralitico a los pies de Jesús. La multitud les impedía llegar a su destino. pero la fe de ellos hizo posible lo que parecía imposible. “En efecto, vivimos por fe, no por vista”, 2 Co 5:7. La fe estimula el ingenio, la originalidad y la innovación. El Señor nos anima a superar los obstáculos. “Entonces Jesús dijo a los discípulos: —Tengan fe en Dios. Les digo la verdad, ustedes pueden decir a esta montaña: “Levántate y échate al mar”, y sucederá; pero deben creer de verdad que ocurrirá y no tener ninguna duda en el corazón. Les digo, ustedes pueden orar por cualquier cosa y si creen que la han recibido, será suya.  Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre que está en el cielo también les perdone a ustedes sus pecados”, Mc 11:22-25

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 12 de marzo de 2024

Seguimiento

Ser Discípulo

«¡Miren, aquí viene el Cordero de Dios!» “Al oír eso, los dos discípulos lo siguieron”, Jn 1:36

Un discípulo es alguien que responde a un llamado y está en el camino del seguimiento de Jesús

Un discípulo es alguien que busca ser semejante a Jesús, está dispuesto a tener sus mismos gestos y seguir sus mismas opciones

Un discípulo es alguien que reconoce que Jesús lo eligió para estar con él, aprender de él, servir a la gente y buscar a otros a que sigan a Jesús

Un discípulo es alguien que se deja hacer, deja atrás su propia voluntad y experimenta el carácter de Jesús

Un discípulo es alguien que acepta un nuevo estilo de comportamiento a semejanza de Jesús, responde a un descubrimiento progresivo y recorre un camino de fe

Un discípulo es alguien que sigue lo nuevo que nos presenta Jesús en situaciones y territorios no conocidos

Un discípulo es alguien que se compromete con las prioridades que tiene Jesús por encima de las propias

Un discípulo es alguien que vive en salida, está dispuesto a partir a semejanza de Jesús

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 11 de marzo de 2024

Milagros

Señales

“Esta, la primera de sus señales, la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en El”, Jn 2:11.

En una boda, Jesús convirtió el agua en vino. Fue un milagro privado realizado especialmente para los discípulos. Les reveló su gloria y los discípulos creyeron en él.  Para Juan los milagros son señales. La función de la señal es dirigir la atención a lo que señala y no es mirar hacia sí misma. Los milagros son señales apuntadas a la identidad de Jesús. El milagro de Jesús les funcionó como señal manifestando su gloria porque los discípulos ya se habían comprometido con él, Jn 1:35-51. Fueron desafiados a creer y seguir creyendo, Jn 1:50, 8:31-32. Jesús nos quiere llevar más allá. Debemos ser transformados. La vida debe ser transformada a la luz de Jesucristo. Los ritos son reemplazados por el vino nuevo que es Jesús.

Carlos Scott

domingo, 10 de marzo de 2024

Alegría

Celebrar

“El encargado de la fiesta probó el agua que había sido convertida en vino, y se sorprendió, porque no sabía de dónde había salido ese vino. Pero los sirvientes sí lo sabían. Enseguida el encargado de la fiesta llamó al novio y le dijo: «Siempre se sirve primero el mejor vino, y luego, cuando ya los invitados han bebido bastante, se sirve el vino corriente. Tú, en cambio, has dejado el mejor vino para el final» Jesús hizo esta primera señal en Caná de Galilea. Así empezó a mostrar el gran poder que tenía, y sus discípulos creyeron en él”, Jn 2:9-11

Cuando nuestras propias vidas se transforman en insípidas y se pierde el sabor para celebrar es cuando necesitamos un milagro del Señor. Nos hace falta una cosa más importante que el vino. Sin Jesús la vida es monótona, amarga y vacía. La vida parece pesada y carente de interés, pero con Jesús la vida es algo excitante y maravillosa. La vida se convierte en algo ágil, dinámico, emocionante. No debemos renunciar a celebrar la vida. Cuando Jesús entra en la vida de una persona es como convertir el agua en vino. Jesús es la alegría de la humanidad.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 9 de marzo de 2024

Celebrar la vida

Traje de fiesta, alegría y felicidad

“Entonces María les dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que Jesús les diga.», Jn 2:5

Juan en el capítulo dos de su evangelio nos habla de una fiesta, una boda; en una aldea llamada Caná de Galilea. Las bodas eran importantes y podían durar hasta una semana. La vida por lo general estaba marcada por la pobreza y el trabajo duro. Nos encontramos en una casa humilde. Es la periferia y no hay tantos recursos económicos. Esa semana sería algo especial para todos. Jesús, sus discípulos y la madre de Jesús se encontraban allí. La familia debía ofrecer un banquete de acuerdo con las normas sociales. No había gran variedad de bebidas y por lo general se tomaba agua o vino. En un determinado momento la fiesta se quedó sin vino. María se angustio y se acercó a Jesús. No tener vino en una fiesta de boda implicaría vergüenza y humillación. Sin vino, decían los rabinos, no hay fiesta. En las bodas de Caná, Jesús manifestó su gloria y lo que vendría. “Su madre dijo a los sirvientes: Hagan lo que él les ordene”. Siempre tenemos que estar listo para hacer lo que el Padre nos dice, lo que Jesús quiere que hagamos. María tenía confianza en su hijo y Jesús transformo el agua en el mejor vino. Jesús reserva lo mejor para lo último, lo mejor está por venir, cada día con Jesús es mejor que el anterior, una gracia nueva, algo nuevo por entender y descubrir. Invite a Cristo, obedezca a Cristo, disfrute a Cristo. Jesús afirma la importancia de compartir la alegría y felicidad. Dios quiere que celebremos la vida. Nos quiere colocar un “traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento”, Is 61:3. La gracia abunda y sobreabunda para todos, Ro.5:20.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 8 de marzo de 2024

Algo superior

Transforma la vida

“Tres días después María, la madre de Jesús, fue a una boda en un pueblo llamado Caná, en la región de Galilea.  Jesús y sus discípulos también habían sido invitados.  Durante la fiesta de bodas se acabó el vino. Entonces María le dijo a Jesús: —Ya no tienen vino. Jesús le respondió: —Madre, ese no es asunto nuestro. Aún no ha llegado el momento de que yo les diga quién soy. Entonces María les dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que Jesús les diga.»  Allí había seis grandes tinajas para agua, de las que usan los judíos en sus ceremonias religiosas. En cada tinaja cabían unos cien litros. Jesús les dijo a los sirvientes: «Llenen de agua esas tinajas» Los sirvientes llenaron las tinajas hasta el borde. Luego Jesús les dijo: «Ahora, saquen un poco y llévenselo al encargado de la fiesta, para que lo pruebe», Jn 2:1-8

Jesús actuó en favor de gente sencilla mostrando su compresión y evitando la humillación de una familia humilde.  Uso su poder para salvar a una familia de la vergüenza. Jesús responde a la necesidad humana más profunda. Jesús transforma la vida y es el nuevo vino. El milagro más grande es su entrega en la cruz, muerte y resurrección. Jesús asumió el papel del novio a pesar de que no era su propia boda y transformo el agua en el mejor vino. Dios en Jesús nos da algo superior y no inferior. Así es Jesús. Nos quiere llevar a otro nivel de comprensión y fortaleza espiritual. Jesús se transformó en el novio para todo el pueblo de Dios y vino a comprometerse con él.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 7 de marzo de 2024

Humanos

Derribando muros

“Pero el hombre empezó a contarles a todos cómo había sido sanado. Por eso Jesús no podía entrar libremente en los pueblos, sino que tenía que quedarse en las afueras, donde no había gente. De todos modos, la gente iba a verlo”, Mc 1:45

 Cuando salimos fuera de los “muros” que nos imponemos descubrimos al otro. Hay personas necesitadas de proximidad, equidad, misericordia, ternura, apego y comprensión. Nosotros también somos necesitados de esta clase de amor. Nos hacemos seguidores de Cristo cuando nuestras entrañas son conmovidas y es ahí cuando nos reconocemos “humanos”. El camino muchas veces lo encontramos “fuera del campamento” y es cuando encontramos al otro. Encontramos a Dios cuando practicamos la misericordia con aquellos que se consideran “leprosos”. Para “estar dentro” del Evangelio es necesario “salir fuera” del campamento, del reglamento, la estructura, el sistema. En el territorio de nuestra existencia será clave que no haya gente abandonada porque nadie se atreve a darles un lugar. "El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente”, Ro:12:9-10

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 6 de marzo de 2024

Categorías

Sin Fronteras

“Un hombre que tenía la piel enferma se acercó a Jesús, se arrodilló ante él y le dijo: —Señor, yo sé que tú puedes sanarme. ¿Quieres hacerlo? Jesús tuvo compasión del enfermo, extendió la mano, lo tocó y le dijo: —¡Quiero hacerlo! ¡Ya estás sano! De inmediato, aquel hombre quedó completamente sano”, Mc 1:40-42

Jesús trae cerca a los que están lejos. Esto fue lo que pasó con la persona que tenía la piel enferma. Jesús ha llegado para quitar toda clase de fronteras y grietas. Jesús derriba los muros de separación, prejuicios y no acepta las discriminaciones raciales y religiosas, Jn 4:1-42. Para él no tiene sentido las categorías que solemos usar para separarnos unos de otros. Jesús habla con todos, habla a todos y todas. En otra parte del evangelio se ocupa de una persona pobre, loca y endemoniada que vivía entre los sepulcros. Jesús no va al cementerio a encontrar muertos, sino vivos olvidados, Mc 5:3. Jesús también acepta la invitación de un religioso y recibe a la mujer que se reconoce necesitada de perdón y entra a la casa con un frasco de perfume para derramarlo a los pies del Señor, Lc 7:36-50. Jesús sube para una fiesta, pero no va directo al templo, sino a una piscina de Betsaida, dónde está amontonada una multitud de ciegos, cojos, andrajosos, paralíticos, gente que se le niega lo sagrado y privilegia al excluido de entre los excluidos, Jn 5. Jesús va en busca de sorpresas, prefiere ser uno más entre gente sospechosa. Camina entre calles no seguras, barrios poco recomendables y está en compañía de los que han sido rechazados. Jesús no teme al contagio. Es el contacto con él lo que salva y sana. Jesús nos desafía a salir fuera del campamento porque la estructura puede limitar, proteger solo sus intereses, Heb 13:12-15. Se diría que, para él, la puerta sólo sirve para salir al encuentro de los que están afuera.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

martes, 5 de marzo de 2024

Desafío

Falta uno

"¡Quiero hacerlo! ¡Ya estás sano!”, Mc 1:41

Una persona que tenía una enfermedad en la piel se acercó a Jesús. Los leprosos eran enviados fuera de la comunidad por motivos higiénicos y también religiosos. Su aislamiento implicaba cuidar la seguridad del lugar. Se asociaba y confundía la enfermedad con la culpa y el contagio físico con la impureza moral. Jesús rompe con el reglamento y hace saltar los mecanismos de exclusión. Jesús desafía el contagio. No evita el contacto con el impuro. No teme mancharse. Jesús nos enseña que alejarnos no significa curar, que librarse de personas incómodas es lo contrario a liberar; que ignorar a las personas no resuelve el problema, sino que lo agrava; que el orden dentro del campamento no quiere decir que “estamos bien dentro y entre nosotros”. Jesús nos vuelve a mostrar que “falta uno”, que ha sido expulsado y no se ha hecho nada por entenderlo. "Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo. Si te crees demasiado importante para ayudar a alguien, solo te engañas a ti mismo. No eres tan importante.”, Ga 6:2-3

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 4 de marzo de 2024

La sanidad de la soledad

Atrevernos a decir “Si, quiero”

"Jesús tuvo compasión del enfermo, extendió la mano, lo tocó y le dijo: —¡Quiero hacerlo! ¡Ya estás sano!”, Mc 1:41

 La lógica de la “estructura” y el “campamento” algunas veces deja afuera lo que Dios considera su enfoque de amor. El campamento, sistema, rendimiento, decretos y obediencia debida suele defender sus propios límites y observaciones. Cuando podemos mirar con el corazón de Jesús nos damos cuenta de que todavía hay algunos “leprosos” que mantenemos a distancia. Pueden ser personas que nos causan disgusto e indiferencia y es ahí donde tratamos de refugiarnos en las normas de seguridad sugeridas por el prejuicio.  El “leproso” algunas veces suele estar muy cerca y es necesario derribar el muro infranqueable del rechazo. Implica decir “quiero”, porque la sanidad de la soledad, el anonimato, la falta de amor y desesperación viene cuando estamos dispuestos a cruzar todo tipo de fronteras. "Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran. Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben”, Ro 12:15-16

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 3 de marzo de 2024

Sospechoso

 Los intocables

“Un hombre que tenía la piel enferma se acercó a Jesús, se arrodilló ante él”, Mc 1:40

Jesús tocó al que era considerado intocable, marginado y sospechoso. El grito de este ser humano impuesto por los demás era: ¡Soy impuro! Jesús nos desafía a tener gestos concretos para acercarnos a toda persona y que nadie quede excluido. Jesús sufrió fuera de la ciudad, fuera del campamento y entregó su vida para salvarnos y sanarnos, Heb 13:12-13. Ahora nos espera fuera para salir a su encuentro con todos aquellos que nos necesitan. La salvación acampa en un espacio abierto y no puede quedar limitada por confines demasiados estrechos. El enfermo y leproso sanado es devuelto a la sociedad y se hace mensajero para que todos salgamos a campo abierto. Es un mensaje para recordarnos que no debemos establecer las fronteras del rechazo y del elemento extraño que perturba. Se nos llama a vivir el amor expresado en el diálogo y la paciencia. Quedarnos siempre adentro o en el "campamento" nos impide escuchar la voz de los que están afuera. La voluntad de Dios no es la indiferencia, el distanciamiento, la exclusión y la condena. Es saber superar nuestros propios prejuicios y dejar un poco de lado los reglamentos, permisos y decretos. No mantengamos a distancia a los que se les considera los intocables para proteger la estructura y las normas de seguridad. Abramos las ventanas para darnos cuenta de que afuera nos espera Jesús para respirar un aire de esperanza que necesita toda la humanidad. "—Si alguno de ustedes nunca ha pecado, tire la primera piedra. Luego, volvió a inclinarse y siguió escribiendo en el suelo. Al escuchar a Jesús, todos empezaron a irse, comenzando por los más viejos, hasta que Jesús se quedó solo con la mujer. Entonces Jesús se puso de pie y le dijo: —Mujer, los que te trajeron se han ido. ¡Nadie te ha condenado! Ella le respondió: —Así es, Señor. Nadie me ha condenado. Jesús le dijo: —Tampoco yo te condeno. Puedes irte, pero no vuelvas a pecar”, Jn 8:8-11

Carlos Scott

sábado, 2 de marzo de 2024

Signo de Salvación

Estar en pie 

"Jesús fue a verla, la tomó de la mano y la levantó. En ese mismo instante la fiebre se le fue, y la suegra de Simón les sirvió de comer.”, Mc 1:31

En medio del camino alguna veces encontramos obstáculos que debemos superar. Otras veces estos mismos obstáculos nos detienen y podemos desanimarnos, caer o bien retroceder. Todo se trata de estar en pie para poder seguir. Jesús toma de la mano a la suegra de Simón, como también le dio la mano a Pedro cuando se hundía en el lago. No estar en pie puede representar una enfermedad o cualquier otra circunstancia que ocurre en la aventura de la vida. Son estos momentos donde necesitamos que alguien nos dé una mano, una mano que además de levantarnos nos ayude a caminar. Estar en pie implica caminar y si solemos detenernos innumerables veces o no querer seguir corremos el peligro de perder el equilibrio, el horizonte, la aventura, la vida misma. Se nos llama a seguir para poder ver y creer para seguir creyendo. En medio de los obstáculos podemos seguir caminando gracias a una mano. “De inmediato, Jesús extendió la mano y lo agarró. —Tienes tan poca fe—le dijo Jesús—. ¿Por qué dudaste de mí?”, Mt 14:31. Años más tarde Pedro repite estos mismos gestos con otros: “El hombre lisiado los miró ansiosamente, esperando recibir un poco de dinero, pero Pedro le dijo: «Yo no tengo plata ni oro para ti, pero te daré lo que tengo. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y camina!». Entonces Pedro tomó al hombre lisiado de la mano derecha y lo ayudó a levantarse. Y, mientras lo hacía, al instante los pies y los tobillos del hombre fueron sanados y fortalecidos”, Hch 3:5-7. Ser un signo de salvación es ayudar a otros a ponerse en pie. El seguidor de Jesucristo es alguien que pasa de la enfermedad al servicio imitando al Señor que dijo: “Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos», Mc 10:45.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 1 de marzo de 2024

Kike Pavón ft. Melissa Janet Romero - Me Cubre Tu Gracia (Video Oficial)

Liberación del mal

Con poder

"La gente se quedó muy asombrada, y se preguntaba: «¿Qué es esto? ¿Una nueva enseñanza? ¿Qué clase de poder tiene este hombre? Con autoridad y poder ordena a los espíritus malos que salgan, ¡y ellos lo obedecen!», Mc 1:27

 Jesús se encuentra ante una persona que no es ella misma, que está trastornada y ocupada abusivamente por otra. Jesús no hacía alarde de su poder. El poder mostrado por Jesús no era para sí mismo, sino que estaba a favor de los demás. Dios se hace presente en la palabra que sana y se concreta en la acción. Esto constituye un acto de liberación. Jesús nos trae algo nuevo porque su palabra se transforma para que suceda algo. El éxodo de la persona hacia Dios comienza con el éxodo forzoso de los demonios que se han apoderado de la gente. El resultado final es la liberación del mal y Jesús deja al descubierto al enemigo para derrotarlo.  "En la sinagoga, había un hombre que tenía un espíritu malo. El espíritu le gritó a Jesús: —¡Jesús de Nazaret! ¿Qué tienes contra nosotros? ¿Acaso vienes a destruirnos? Yo te conozco. ¡Tú eres el Hijo de Dios!”, Mc 1:23-24. Las personas son víctimas de las fuerzas malignas y en la predicación de Jesús el demonio advierte que su reino se ve amenazado por la manifestación del Reino de Dios. “Pues el reino de Dios no consiste en las muchas palabras sino en vivir por el poder de Dios”, 1 Co 4:20. La vida vuelve a ser otra cuando es habitada por el Espíritu de Dios. Se transforma en un espacio de libertad y lugar de comunión. “Porque el Señor y el Espíritu son uno mismo, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad”, 2 Co 3:17. "Porque el Espíritu que Dios les ha dado no los esclaviza ni les hace tener miedo. Por el contrario, el Espíritu nos convierte en hijos de Dios y nos permite llamar a Dios: «¡Papá!» El Espíritu de Dios se une a nuestro espíritu, y nos asegura que somos hijos de Dios.  Y como somos sus hijos, tenemos derecho a todo lo bueno que él ha preparado para nosotros.”, Ro 8:15-17

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox